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Viven ejidatarios mayas de Ixil y Kinchil aterrados con amenazas de Inmobiliarias.

Viven ejidatarios mayas de Ixil y Kinchil aterrados con amenazas de Inmobiliarias.

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Lleven las denuncias de los despojos de tierras, más por las inmobiliarias que son una amenaza latente para los pueblos indígenas de Yucatán, y se han convertido en la eterna pesadilla para los ejidatarios de las comunidades mayas, muchos campesinos han sufrido vandalismos, cárcel por defender el patrimonio que les heredaron sus abuelos para vivir y trabajar felizmente, pero como dice don Patricio N, que nunca pensaron vivir aterrados, por las propias autoridades que defienden a familias adineradas yucatecas para que con perversidades y complicidad legaloides entre notarios y grupos de abogados, muchos estén perdiendo sus propiedades, o pagando migajas para construir lujosos residenciales y venderlos en millones de pesos.

Esta eterna pesadilla últimamente las han vivido las comunidades mayas de Ixil y Kinchil, quienes ya hartos de tantas injusticias y fraudes para despojarlos de sus tierras, sumaron fuerzas y juntaron sus voces para denunciar el despojo que han sufrido por parte de empresarios inmobiliarios yucatecos, que pretenden quedarse con grandes pedazos de tierra perteneciente a sus ejidos y además dividiendo a los pobladores para enfrentarlos y provocar marchas y protestas contra empresas que han contribuido muchos años con empleos, economía familiar y convivencia, con el fin de comprar o arrebatar también propiedades que queden en el abandono.

Un caso más reciente es el que denunciaron en agosto de 2022, Luis David Quijano Pool, excomisario ejidal de Ixil, que hace poco más de un año, empleados de familias mafias inmobiliarias, intentaron ocupar ilegalmente 324 hectáreas de tierras de uso común colindantes con la población de Ixil, para comenzar a construir un proyecto inmobiliario de tipo residencial. Reveló que estas tierras eran parte de haciendas henequeneras y fueron expropiadas en virtud de la Resolución Presidencial de Ampliación del ejido de Ixil firmada por Lázaro Cárdenas el 3 de septiembre de 1937, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 4 de julio de 1939. Ahora dichas tierras, son sustento de numerosas familias ixileñas que viven de los alimentos que producen y que siempre han sido cultivadas por la comunidad, como rábano, cilantro, cebollita y hierbabuena, entre otras hortalizas. “Son tierras de Ixil, pero empresarios de bienes raíces intentaron despojarlas ante la pasividad de las autoridades municipales. El pueblo se unió y detuvo la invasión de las tierras, pero empleados de estas personas siguen viniendo a volar drones para hacer estudios por la noche o la madrugada”.

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Por otra parte, en Kinchil, el productor de chile habanero Federico de Jesús May Cuitún, denunció que su ejido ubicado en la ruta Mérida-Celestún, se encuentra amenazado por proyectos inmobiliarios, e industrias de toda clase que quieren aprovechar su cercanía al corredor industrial del municipio de Hunucmá y el puerto de Celestún. “Ahora mismo nos están intentando despojar de casi 5 mil hectáreas que los kinchileños han trabajado desde que se creó el ejido en 1937, familias de campesinos y apicultores afectados están organizándose para defender el territorio de Kinchil, ya que de perderlo se destruirá y contaminará”. Acusan que están ya hartos de esta pesadilla y de esas familias millonarias que roban sus tierras y los dejan en el abandono.


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