UAEMex entre el diálogo sordo y la búsqueda de legitimidad


Estado de México.– UAEMex entre el diálogo sordo y la búsqueda de legitimidad. La reciente visita de Isidro Rogel, encargado del despacho de la Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), a las instalaciones tomadas por estudiantes refleja un problema más profundo: la fractura entre las autoridades universitarias y una comunidad estudiantil que clama por cambios estructurales.
El rechazo absoluto del colectivo Enjambre Estudiantil Unificado hacia Rogel y el Consejo Universitario no es solo un acto de desobediencia, sino un síntoma de una crisis de legitimidad que requiere atención urgente.
Un diálogo que no llega
El encuentro entre Rogel y los estudiantes terminó en un callejón sin salida. Los jóvenes no solo desconocen su figura, sino también la autoridad que representa. Argumentan que, mientras las decisiones sigan emanando de un Consejo Universitario que consideran ajeno a sus demandas, cualquier acercamiento será infructuoso.
El mensaje es claro: no habrá negociación sin un replanteamiento de las bases institucionales.
La postura estudiantil no es caprichosa. Denuncian una estrategia de desgaste, donde las autoridades esperan que el movimiento se agote solo, sin ceder en lo sustancial. Si esto es cierto, el riesgo es alto: el conflicto podría escalar, prolongando un paro que ya afecta a más de 20 espacios académicos.
¿Hacia una nueva universidad?
Los estudiantes no solo protestan; proponen. Su exigencia de una nueva Ley Orgánica, negociada directamente con la Legislatura local, revela una aspiración democratizadora. Quieren una universidad donde su voz no sea marginal, sino parte constitutiva de su gobierno.
Sin embargo, el reto es mayúsculo. Desconocer a las autoridades sin una ruta clara de transición podría profundizar la inestabilidad. La UAEMex necesita, más que nunca, un espacio de mediación imparcial que evite la polarización y construya puentes.
El llamado a la comunidad universitaria
El movimiento estudiantil ha extendido una invitación a sumarse al rechazo contra las figuras actuales. Pero, ¿qué sigue después? La comunidad académica en su conjunto—profesores, trabajadores, egresados—debe participar en este debate. La solución no puede depender solo de la presión en las calles o de la rigidez institucional.
Si las autoridades insisten en imponer su legalidad sin escuchar, y si los estudiantes se encierran en la negación total, el conflicto se eternizará. La UAEMex está en un punto crítico: o se abre a una transformación real o seguirá sumida en la confrontación.
La hora es de valentía política. O se dialoga con seriedad, o la fractura será irreparable.