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Agentes migratorios de EEUU enfrentarán consecuencias si violan la ley: Mamdani

Agentes migratorios de EEUU enfrentarán consecuencias si violan la ley: Mamdani

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Agentes migratorios de EEUU enfrentarán consecuencias si violan la ley

Hace apenas un año, Zohran Mamdani era un nombre desconocido fuera de los círculos progresistas de Nueva York. Hoy, este socialista democrático de 34 años es el alcalde electo del corazón financiero del mundo, tras una victoria que pocos vieron venir.

Prometió transporte público gratuito, cuidado infantil sin costo y congelar las rentas. Su ascenso ha dejado perplejos a analistas y estrategas que se preguntan cómo un candidato sin perfil público logró movilizar a una ciudad marcada por el individualismo económico.

¿Fue su habilidad en redes sociales? ¿La estrategia de videos verticales? ¿O, como sugirió The New York Times, una nueva generación que encontró en su campaña una forma de combatir la soledad y reconectar con una causa común?

Una maquinaria de base sin precedentes

La verdadera respuesta estaba en las voces que hablaron antes de su discurso de victoria. “Este esfuerzo que rompió récords no salió de la nada”, explicó Tascha Van Auken, directora de campo de la campaña.

Más de 104 mil voluntarios realizaron 4.4 millones de llamadas y tocaron tres millones de puertas en todo Nueva York, una demostración de fuerza comunitaria inédita en la política reciente.

Elle Bisgaard Church, administradora de campaña, recordó entre aplausos cómo, hace apenas un año, Mamdani no superaba el 1 % en las encuestas. En la celebración, agradeció a las organizaciones de base que creyeron desde el principio: sindicatos, el Working Families Party, el Club Democrático Musulmán, Voces Judías por la Paz y los Socialistas Democráticos de América (DSA).

Los cánticos de “¡DSA, DSA!” retumbaron en el teatro, símbolo del respaldo colectivo que cimentó la victoria.

Una victoria frente al poder económico

Con un gasto de 18 millones de dólares, la campaña de Mamdani derrotó a Andrew Cuomo, exgobernador y peso pesado del Partido Demócrata, cuya campaña invirtió cerca de 60 millones.

La diferencia no estuvo en el dinero, sino en las raíces: una red de organizaciones con trabajo constante en barrios, sindicatos y colectivos locales.

El resultado fue histórico: la mayor participación electoral en medio siglo y un millón de votos para Mamdani, el mayor apoyo obtenido por un candidato desde 1969.

Su base electoral se concentró en votantes menores de 45 años y en los sectores de clase trabajadora y media, quienes respaldaron su propuesta de aumentar los impuestos a quienes ganan más de un millón de dólares anuales.

Una victoria frente al poder económico

La coalición diversa del cambio

El nuevo alcalde también ganó entre votantes afroestadounidenses, latinos y afroasiáticos, y amplió su apoyo entre comunidades judías y musulmanas. Su postura firme contra el genocidio en Gaza consolidó su imagen de coherencia y valentía política.

Un mensaje sin concesiones

A días de asumir el cargo el 1º de enero de 2026, Mamdani no ha moderado su discurso. “Mi mensaje a los agentes de ICE y a todos en la ciudad es simple: estarán sujetos a las mismas leyes que todos”, declaró. “Los neoyorquinos quieren una era de coherencia y compromiso”.

El New York Times destacó que Mamdani no adoptó un tono conciliador tras su triunfo. Por el contrario, reafirmó que subirá los impuestos a los ricos para financiar transporte gratuito, cuidado infantil y servicios públicos accesibles.

“Nuestro movimiento tiene hambre de coherencia”, dijo. “Queremos una política que responda a las necesidades de la gente trabajadora”.

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Mientras las cúpulas demócratas restan importancia a su victoria —llamándola “una excepción neoyorquina”—, los hechos muestran otra tendencia: el avance sostenido de candidatos progresistas en todo el país.

En Minneapolis, Omar Fateh obtuvo el 45 % de los votos en su intento por alcanzar la alcaldía; en Seattle, la socialista Katie Wilson logró la misma cifra y aún espera resultados finales.

Un movimiento en expansión

La reelección de Michelle Wu en Boston confirmó que el impulso progresista va más allá de Nueva York. Wu, también defensora del transporte público gratuito y de políticas ambientales ambiciosas, celebró con un mensaje dirigido al presidente Donald Trump:

“Nos quieren quitar vivienda, financiamiento y alimento, pero demostraremos cómo se ve un gobierno que realmente funciona”.

Más allá del idealismo

Lejos de ser “utópicas”, muchas de las políticas defendidas por Mamdani ya existen en distintas ciudades:

En Alexandria (Virginia), los autobuses son gratuitos; en Waco (Nuevo México), el cuidado infantil está subsidiado; y en Texas, un supermercado público opera con fondos del gobierno local.

Lo que parecía imposible, Mamdani y su movimiento lo convirtieron en agenda política. Y quizá ese sea el verdadero secreto de su triunfo: demostrar que otro modelo de ciudad —más solidaria, más justa y más humana— puede empezar a construirse desde el corazón del capitalismo global.

Fuente: La Jornada


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