Claudia Sheinbaum Pardo se equivoca al igual que su antecesor al pedir al reino de España que pida perdón por lo ocurrido durante la conquista. Los cobros ilegales que afectan a la economía.

Por Fernando Ramírez de Aguilar L.
Al igual que su antecesor, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, se equivoca al solicitar al reino de España que pida perdón por “las atrocidades” provocadas durante la conquista del continente americano en 1492, por parte del navegante genovés Cristóbal Colón, el cual obtuvo financiamiento para realizar este viaje, por parte de los reyes Isabel y Fernando (1469), cuyo matrimonio determinó la unión dinástica de las coronas de Castilla y Aragón.
Colón llegó a Santo Domingo y posteriormente a lo que es ahora Cuba. Jamás pisó tierra adentro. Es decir, tierra continental. En 1515, se llevó a cabo la primera expedición a Yucatán y fracasó. Después vino una segunda expedición a Yucatán dirigida por Juan de Grijalva en 1518 y Hernán Cortés dirigió una expedición a Tenochtitlán a principios de 1519. Es decir, de la llegada de Colón a Cortés pasaron 27 años.
El proceso de conquista de la ciudad de Tenochtitlán y la derrota del último tlatoani azteca se inició el 8 de noviembre de 1519 con el encuentro entre Hernán Cortés y el emperador Moctezuma en la capital azteca. La ciudad estaba ubicada en el centro de la laguna de Texcoco y a la que se accedía mediante un sistema de puentes y calzadas sobre el agua.
En contra de los consejos del príncipe Cuitláhuac -– quien por cierto murió de viruela al igual que miles de aztecas–, Moctezuma recibió amistosamente a los españoles y los invitó a ingresar en la ciudad. Pero, una vez en ella, Cortés y sus soldados lo tomaron prisionero, se alojaron en el palacio de Axayácatl e intentaron controlar la ciudad. Para entonces la epidemia de viruela estaba creciendo de la manera incontrolable, pues esa enfermedad la trajeron los europeos y los nativos la desconocían.
Cuando Hernán Cortés salió de Tenochtitlán para regresar a la costa y hacer frente a la amenaza de la expedición de Pánfilo de Narváez, dejó a cargo a Pedro de Alvarado. Cortés partió con un pequeño ejército hacia la costa con el plan de atacar durante la noche. Después de derrotar a la flota de Narváez, convenció a la mayoría de la tripulación de su enemigo para que lo acompañara prometiéndole grandes riquezas. Al regresar nuevamente a Tenochtitlan, Cortés y la nueva fuerza ampliada recibieron el mensaje de que “los aztecas se habían levantado contra la guarnición española” durante una celebración religiosa.
En su ausencia, su lugarteniente Pedro de Alvarado, ordenó la matanza de soldados aztecas y sacerdotes que participaban de una ceremonia religiosa. Esto provocó un levantamiento popular que obligó a los españoles a huir de la ciudad. Durante ese levantamiento, murió Moctezuma. Algunas versiones afirman que murió de una pedrada cuando fue obligado a enfrentar al pueblo para tratar de pacificarlo.
A pesar de que Cuauhtémoc, el último tlatoani azteca, había reorganizado el ejército mexica y establecido estrategias para defender la ciudad, después de casi 90 días de asedio, el hambre, las enfermedades y la gran mortandad de guerreros hicieron imposible sostener la defensa de la ciudad y las tropas de Cortés lograron ocuparla.
La campaña española contra el Imperio azteca tuvo su victoria final el 13 de agosto de 1521, cuando un ejército de coalición de fuerzas españolas y guerreros nativos tlaxcaltecas y tetzcocanos, dirigidos por el propio Hernán Cortés y Xicoténcatl, capturaron al emperador Cuauhtémoc y Tenochtitlán. La caída del imperio marca el comienzo del dominio español en el centro de México, y establecieron su capital, la Ciudad de México, sobre las ruinas de la antigua ciudad mexica.
La victoria de los españoles se atribuye a sus avances tecnológicos y la vulnerabilidad del imperio azteca debido a la propagación de la viruela. En los hechos, el dominio español duró 289 años y terminó en 1810, pues si bien la guerra de independencia se consumó hasta 1821, durante once años hubo una gran inestabilidad y el reino español poco a poco fue quitando su apoyo porque en Europa sucumbían los conflictos napoleónicos.
Durante el reinado de Fernando VII la monarquía española experimentó el paso del antiguo régimen al estado liberal. Mientras tanto, la guerra de independencia hispanoamericana continuó su curso y, a pesar del esfuerzo bélico de los realistas, al concluir el conflicto, únicamente las islas de Cuba y Puerto Rico, seguían bajo el control del gobierno ibérico.
En otro tema, las extorsiones por parte de los grupos criminales a campesinos y pequeños productores continúan creciendo y mantienen azolada la zona de tierra caliente en Michoacán lo que ha provocado desde hace meses el alza en los productos básicos. Los productores de aguacate, limón y mango, así como también los ganaderos, ejidatarios de los aserraderos y de la minería se quejan y quejan y nadie los hace caso, al contrario, los asesinan.
Hace unos días, Bernardo Bravo Manríquez, líder limonero de Apatzingán, fue asesinado. Su caso, fue un acto de violencia que refleja la presión del crimen organizado sobre los productores agrícolas, especialmente en el sector limonero. Bravo había sido un defensor activo de los derechos de los productores de limón y había denunciado extorsiones y amenazas. Su asesinato ha sido un acto de represalia por su activismo.
En Álamo Temapache, Veracruz, un hombre de 43 años que se dedicaba a la compra y venta de naranja, identificado como Javier Vargas Arias, fue asesinado a manos de sujetos armados que llegaron a su zona de trabajo.
Según el diario El Universal, los grupos criminales de la Tierra Caliente de Michoacán se embolsan al año alrededor de 3,600 millones de pesos por la extorsión a productores y empacadores de limón, de acuerdo con la nota del reportero Manuel Espino. Se trata de unos $196 millones de dólares anuales. Solamente de limón. Imagine usted la cifra al sumar aguacate, mango, minería, producción forestal y ganadería.
Y esto viene desde Lázaro Cárdenas Batel, cuando era gobernador en 2006 por el PRD. Según dijo se dio cuenta del poder criminal y pidió ayuda. El gobernador perredista Leonel Godoy Rangel ni siquiera metió las manos y no resolvió nada. Ya conocemos la historia de los priistas Fausto Vallejo Figueroa y Jesús Reyna García, presuntamente protectores del narco, según constaba en algunos expedientes de la PGR. Lo mismo pasó con Salvador Jara Guerrero y Silvano Aureoles Conejo del PRD y ahora con Alfredo Ramírez Bedolla, de Morena: no solucionaron nada y la entidad cada vez está peor.
Apenas ayer, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán desactivaron siete artefactos explosivos improvisados terrestres en la localidad de Felipe Carrillo Puerto, también conocida como La Ruana.
Aparentemente los explosivos habrían sido colocados por una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), tras una incursión realizada en La Ruana.
¿Y ahora?
