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¡Cuidado: Morenos!

¡Cuidado: Morenos!

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Presupuesto: mentiras y debates
Jorge Meléndez Preciado

Las caricaturas de los muy importantes, Patricio (18 de junio), donde a un individuo se le pregunta cuántos años estuvo en el PRI, y dice que 20; y en el PAN, y afirma que una década, y su militancia en Morena, y asegura que 15 minutos y la señora que lo consulta lo da por aceptado; y el cartón de Hernández (La Jornada, 18 de junio), que señala a un Claudio X González que a pesar de conjuntar a  PAN, PRI y el minúsculo, PRD más organizaciones aparentemente civiles, entre ellas Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI)- más allá de sus buenas investigaciones periodísticas- encabezada por Amparo Casar, ligada a Vicente Fox y lo peor del panismo, no pudieron desfondar al partido guinda, pero si lo puede llevar a cabo la lucha interna, es algo que sabemos los que hemos militado en la izquierda.

Las importantes organizaciones que luchaban por un cambio de fondo se desgajaban internamente y la arbitrariedad de sus dirigentes principales las encaminaba   al fracaso.

Ya hubo un incidente en el registro de Claudia Sheinbaum, quien reclamó a Alfonso Durazo, porque un grupo de mujeres y algunos hombres le gritaron: “Piso parejo”.

Ella le reprochó  airadamente con gestos y voces a quien debe ser el principal árbitro de la contienda. Luego, afortunadamente,  se vieron  muy contentos, ya que aclararon el asunto. Pero el acto es representativo de lo que puede ocurrir más adelante, algo que analiza correctamente Jorge Zepeda Patterson (Sin Embargo, 18 de junio).

Recuerdo, para mencionar un caso singular en la Facultad de Economía,  que hubo una corriente ultraizquierdista, de una pareja, hombre y mujer en tiempos antiguos.

Ellos fundaron el grupo: Javier Heraud– gran poeta peruano  marxista. Colgaron un periódico mural en contra de todos los otros grupos de igual ideología, con acerbas críticas.

Una semana después, ambos se separaron y cada uno hizo otra corriente. ¡El absurdo total!

Pero también hay que decir algo, en mi estancia en la Unión Soviética (Universidad Patricio Lumumba), en la habitación (komnata) donde estábamos tres compañeros, decidimos colgar un cartel del Che Guevara. Las autoridades nos llamaron porque entonces los soviéticos consideraban al gran luchador internacional, un aventurero que impedía el avance de los “verdaderos revolucionarios”, los partidos bajó su égida.

Era a finales de los años sesenta. Incluso antes ya habíamos condenado en México la invasión de la URSS a Checoslovaquia, a pesar que la dirigencia del PCM dudaba de esa reclamación. Los que la impulsaron fueron los jóvenes que participamos en el movimiento del 68 y estábamos en la JCM.

Ejemplos hay, desgraciadamente, miles acerca de cómo las rencillas al interior de las  organizaciones que luchan por la transformación traen expulsiones de personajes como José Revueltas,  Eduardo Lizalde, Raúl Álvarez Garín y muchos más por discrepar  de algo que era la tonta y  odiosa “fe marxista”.

Morena, no hay que darle vueltas, se formó gracias al tesón de Andrés Manuel López Obrador y sus más cercanos. Pero si bien tuvo que aceptar a personajes como Lilly Téllez, Germán Martínez y otros que desertaron por supuestas diferencias, en realidad en su seno conviven una buena cantidad de priistas y panistas solamente en espera del “hueso” que anhelan a como dé lugar.

Por otro lado, a muchos que hemos apoyado no solamente a AMLO, sino a Cuauhtémoc Cárdenas y antes a los movimientos sociales, nos vetan incluso por discrepar de algunas medidas que nos parecen inconvenientes en el gobierno actual.

Hace poco un investigador universitario quiso organizar unas mesas redondas en la Cámara de Diputados de la Ciudad de México. Dio varios nombres y compañeros muy respetables que están por el cambio social y participan en grupos diversos, fueron excluidos porque se les considera adversarios sistemáticos de la 4T. (Me reservo los nombres pero en la lista se me incluyó y antes en una mañanera, una señora fue a decir que  con Enrique Krauze estoy elaborando un documental contra López Obrador, algo totalmente absurdo para quien haya leído mis posiciones contra el director de Letras Libres).

Es el momento de sumar para ganar ampliamente la lucha para el 2024, sin importar quién sea el candidato.

Pero también de cuidar, sobre todo Mario Delgado y Alfonso Durazo, que la contienda entre los seis sea de propuestas, llamados a la unidad y un programa que abarque a todos los desposeídos.

2024 puede ser la manera de que Morena sea un proyecto de avanzada para evitar que el capital, que ha ganado como nunca antes, no predomine sobre los necesitados. De no hacerlo así, podría ser una agrupación  que lastime a México y sus ciudadanos.

¡Cuidado con arbitrariedades y exclusivismos!

 

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@jamelendez44


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