EL ARRASTRADO EXMINISTRO
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Sin lugar a dudas lo mejor que ha hecho Andres Manuel López Obrador es corromper a quien tenga que hacerlo con tal de satisfacer sus más bastardas ambiciones de poder. Hasta ahora quien ocupa la Presidencia de la República se ha dedicado más a denostar a quienes no comulgamos con el antes que velar por el bienestar de los mexicanos que siguen esperando la consolidación de esa esperanza que tanto pregonó en sus campañas políticas.
Nunca antes observe en el escenario político de esta nación, y menos en mi carrera periodística, a alguien con la capacidad de engañar a más de ciento veinte millones de hombres y mujeres de todas las edades, de todas las condiciones, de todas las regiones, y de todas las corrientes del pensamiento, y de hurtar de forma indiscriminada los caudales públicos que pertenecen a todos los mexicanos.
Nunca antes un sujeto asalto al México de nuestros días en la forma en que lo ha hecho Andres Manuel Lopez Obrador, quien hasta ahora podemos señalar como el más voraz de los mandatarios, el más mentiroso de los que han ocupado Palacio Nacional, el más traidor que registra la historia del país, superando incluso a Antonio Severino de Padua López de Santa Anna, quien vendió gran parte del territorio nacional.
El todavía Presidente de la Republica y su runfla de maleantes, han utilizado la mentira como credo, el engaño como doctrina, la mendicidad como identidad, y la desfachatez como sistema de oprobio y hurto. Si de algo podemos tener seguridad los mexicanos es que la historia registrará a esta etapa como el antes y el después de una lamentable etapa en la que los mexicanos fuimos engañados y vituperados como nunca ocurrió.
En mi calidad de egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, observé a diversos Rectores que le dieron brillo a mi Alma Mater, pero nunca un sujeto tan irresponsable como quien ahora es el principal tapete que hasta ahora ha puesto en bandeja de plata la entrega de nuestra Casa Máxima de Estudios como ha sido Enrique Graue, a quien respete mucho tiempo. Es el mismo caso del ministro Arturo Saldivar, quien después de encabezar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ahora antes que dar coraje da lastima. Al tiempo.