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El regreso de los difuntos. Vestigios de una tradición oficial mexica y otras tradiciones mesoamericanas no oficiales.

El regreso de los difuntos. Vestigios de una tradición oficial mexica y otras tradiciones mesoamericanas no oficiales.

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POR GUILLERMO CORREA LONCHE
En México, la conmemoración del “Día de muertos” está fuertemente impregnada de reminiscencias prehispánicas que muy probablemente se practicaban en el Altiplano central antes de la caída de México-Tenochtitlan. Se trata de prácticas y ritos prehispánicos que lograron sobrevivir a los siglos inmediatamente posteriores a la Conquista pese a la fuerte presencia de un creciente número de frailes provenientes de diversas órdenes mendicantes que se vieron rebasados y obligados a ceder ante dichas prácticas idolátricas indígenas. Estas costumbres también lograron sobrevivir a los procesos de depuración de tradiciones implantados en ciertos momentos del México independiente (recordemos que fue a a partir de 1821 cuando el Estado mexicano ya no permitió la producción de documentos escritos en lengua indígena), y asimismo, del México posrevolucionario, especialmente con las “cruzadas” educativas encabezadas por José Vasconcelos.
En la actualidad, estas costumbres que se refieren al regreso de los muertos también han logrado sobrevivir en un entorno completamente neoliberal que paulatinamente ha ido introduciendose en dicha tradición a traves de los elementos simbolicos del Halloween, aunque también éste último se ha retroalimentado considerablemente de nuestra tradición mexicana en torno al día de muertos. Ante este panorama vale la pena preguntarnos si esta costumbre mexicana emana de una sola tradición prehispánica o de varias tradiciones. Recordemos que durante el México prehispánico el imperio mexica estableció de manera forzada en la mayor parte del territorio mesoamericano una historia oficial que no sólo abarcaba acontecimientos vividos por dicha cultura sino que reproducía diversos mitos y costumbres inventados por ellos para legitimar su poder ante los pueblos sometidos. De este modo, resulta muy probable que al lado de la postura oficialista del imperio mexica hayan persistido muchas tradiciones minoritarias provenientes de pueblos autóctonos que ocultaban celosamente su historia y sus tradiciones para no ser aniquilados por el Estado mexica. Pero tambien hubo otros pueblos y culturas que no fueron dominados de manera totalitaria por los tlatoani mexicas, por la lejanía de sus territorios respecto al Estado central mexica o simplemente por la orografía de sus territorios que hacia dificil una dominación de ese tipo. Uno de los territorios que el imperio mexica no pudo dominar en su amplitud fueron los diferentes pueblos de la cultura zapoteca en los cuales aún se pueden observar tradiciones paralelas pero no similares en relación a la manera en que concebían el retorno de los muertos.
En la cultura zapoteca persiste la idea de que en el dia 1 de noviembre regresan a ver a sus familiares los espítitus de los niños muertos, en tanto que el dia 2 de noviembre lo hacen los adultos. De ahí que en muchos pueblos zapotecos se tenga la costumbre de que dos semanas antes de los dias de muertos las mujeres visitan los cementerios para invitar a sus difuntos a regresar el 1 y 2 de noviembre, mientras que en el trayecto al cementerio las personas definen los alimentos o recuerdos que se pondrán en sus ofrendas. Asimismo, en muchos pueblos zapotecos se tiene la creencia de que la causa por la cual las almas no regresan a sus antiguas casas se debe a que ya no
tienen parientes o porque, definitivamente, éstos no fueron a invitarlos a regresar en el panteón en que permanecen enterrados. Por lo general, las ofrendas de las comunidades zapotecas -especialmente las de los pueblos de la serranía norte de Oaxaca- tienen como rasgo principal renovar todos los días la comida que se le ofrece a los muertos: el caldo se sirve siempre caliente ya que se piensa que los difuntos absorven el vapor así como el aroma de los alimentos, las frutas y las flores.
En el centro de México se cree que las flores de Cempoalxóchitl señalan el camino a las almas que regresan a ver a sus familiares vivos, en contraste, en la cultura zapoteca la flor de Cempoalxóchitl, y particularmente su aroma, es necesaria para que las almas que regresan puedan transitar en el mundo que anteriormente había sido suyo, de manera que sin el aroma ni la humedad de esta flor sería imposible caminar entre los vivos. Otro aspecto importante en la tradición zapoteca del día de muertos es el hecho de que las personas mantienen un temor agobiante a fallecer en los dias previos a los dedicados al regreso de los difuntos ya que existe la creencia de que aquellos que mueran en tales días servirán de alimento a las almas desesperadas que regresan a su antigua morada, lo que se traduce en una muerte eterna.
Es importante notar que uno de los elementos claves que nos pueden ayudar en el establecimiento de ciertas diferencias entre las distintas tradiciones de México en torno al regreso de los muertos es el análisis pormenorizado de la etimología de las palabras propias de las diferentes lenguas indígenas que persisten en la actualidad. En efecto, es interesante ver que en la actualidad los zapotecos se refieren erróneamente al cielo celestial como Yaa’ ba’, el lugar al que, según la religión católica, van las almas que fueron merecedoras a descansar en el lugar más cercano al Creador; sin embargo, si analizamos esta expresión zapoteca desde su etimología, su significado puede ser El lugar sagrado del sepulcro, es decir, La morada de la Muerte, o El lugar sagrado en donde habita la Muerte, o lo que es lo mismo, El inframundo, que no es sino el Mictlan si lo vemos desde la perspectiva mexica, el lugar a donde las almas van al morir, de ahí el nombre de Mitla que en el idioma zapoteco es Loo´ba’, Dentro del Inframundo, o incluso, si lo vemos desde una perspectiva cristiana, ¡El Infierno! El hecho de cambiar el inframundo por el cielo en la mente de los indígenas zapotecos nos permite apreciar la manera en que los religiosos dominicos del siglo XVI y XVII adaptaron inteligentemente los elementos escenciales del cristianismo sobre los aspectos simbolico-cosmogónicos de los zapotecos al grado de confundir en ellos la ubicación entre el inframundo (infierno) y el cielo como resultado del proceso de conversión religiosa. Cabe destacar que en la actualidad no existe el término cielo en el lexico zapoteco.
A primera vista, podriamos decir que el “Día de muertos” en México es la reminiscencia de una tradición mexica que imperó en el Altiplano central principalmente entre los años 1502 a 1521, periodo al cual pertenecieron las últimas reformas mexicas a cargo de Moctezuma II. Pero tambien es innegable que junto a ésta coexistieron otras tradiciones no oficiales que perduran hasta nuestros días.
*Guillermo Correa Lonche. Historiador por la ENAH. Entre sus libros se encuentran El Águila y la Serpiente. El problema del origen prehispánico del Escudo Nacional Mexicano y México: 500 años. Descubrimiento, Conquista y mestizaje.

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