Gálvez: sube, pero no plantea nada
Jorge Meléndez Preciado
Parece una obsesión de Andrés Manuel hablar cotidianamente de Xóchitl Gálvez. Lo hace para señalar sus yerros, pero asimismo para que dé a conocer sus ingresos, algo que debe saber muy bien el SAT, aunque son datos reservados para todos.
Eso y más la han inflado, tanto que ya rebasó a Santiago Creel, quien según la más reciente encuesta de encuestas tiene 16 por ciento, mientras la de Hidalgo llega a 29.
No se crea que el camino de la señora está muy pavimentado. Ya que la derecha la rechaza: Gilberto Lozano (Julio Astillero) la zarandea y Sebastián Verástigui, ligado a Vox, la considera una trotskista. Y así, muchos albiazules la considerarán lo que es: un as bajo la manga que descubrió tardíamente Claudio X.
En el PRI, con razón, Beatriz Paredes, que está detrás de Enrique de la Madrid, con 8 por ciento, señala que ella también es indígena y su trayectoria es más importante en la política y tiene más iniciativas que Gálvez.
Y PAN, PRI y PRD son rechazados por la mayoría de la población (56 por ciento), mientras a Morena únicamente el 9 por ciento dice que no votaría por dicha organización.
Si al interior del Frente Amplio por México (o como se denomine hoy), no hay suficientes apoyos para Xóchitl, los cuales menguarán porque ya se le unió desesperada Margarita Zavala (la perdedora de causas y registros), su postulación casi será posible, aunque tendrá grandes enemigos internos.
Ello porque algunos la consideran ultraizquierdista y luchadora por el aborto y otros debido a que su dualidad de empresaria y política les parece algo incongruente.
En otro sondeo (este del Movimiento Ciudadano), las cosas no están mejor, por eso Dante si bien tuvo que abrir la discusión a fuerzas, sabe que aliarse al TRI fatídico (PAN, PRI y PRD, los dos últimos en franco declive) más del 56 por ciento no los quiere para nada. Y sólo el 4 por ciento rechaza a Morena.
En una reciente entrevista, Xóchitl canturrea que López Obrador le tiene miedo, pero los entrevistadores no le cuestionan nada, ni le piden explique cómo evitar más inseguridad ni de qué forma atacar la corrupción (el porrista de ella, Diego Fernández, casi se traga el puro).
Así pues, el debate Gálvez-Andrés Manuel es innecesario. Hay que concentrarse en acciones serias. Por ejemplo, porque dieron, como antiguamente en las cárceles, Asociaciones Público Privadas en casi 20 hospitales donde la ganancia es mayúscula para organizaciones como el Grupo Ángeles de Olegario Vázquez Aldir, cuyo periódico Excélsior se vende en el Metro a mitad de precio y en la tarde se regala. Y por qué se insiste que El Universal está en una gran crisis igual que otros impresos que sólo leen en su conjunto el 12 por ciento de la población.
Claro, ante la falta de chayos a los dueños y negocios como los señalados, a quienes les dieron negocios en cárceles y hospitales, entre muchos otros, las cosas están terribles para los medios. Más si les cobran impuestos que no han pagado durante años como al Grupo de Salinas Pliego (más de cuatro mil millones de pesos le hizo erogar la eficaz Raquel Buenrostro…y debe otra cantidad similar).
Por eso los ataques a la Cuatro T son cotidianos en muchos informativos: pocos ingresos y ventas caídas.
Pero la solución no está en que Andrés Manuel dé sólo la batalla contra los muchos que están por una mayor desigualdad social y ello sí odian a los indígenas (recordar los dichos del hoy descartado para todo Gabriel Quadri, cercano a Xóchitl, que deberíamos separar de nuestro país el sur del territorio, hoy en auge por el proyecto Transísmico y la relocalización, en este sexenio).
Lo que urge, eso sí, es: en lugar de tantas grillas de personajes menores, haya un encuentro nacional de comunicación de quienes buscamos el cambio hace años y enfrentar a los medios que destruyen países, como lo ha señalado correctamente Fernando de Buen Abad (en su ensayo la Guerrilla Semiótica), Manuel Castells, Zygmunt Bauman e Ignacio Ramonet.
Eso es lo que necesitamos. Cerrar filas contra la derecha mediática y financiera.
@jamelendez44