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EL FESTIVAL DE AVÁNDARO

EL FESTIVAL DE AVÁNDARO

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El Festival de Avándaro.

HISTORIA DEL ESTADO DE MÉXICO

EL FESTIVAL DE AVÁNDARO

No cabe duda que el Festival de Avándaro es un parteaguas y una leyenda en la historia del rock mexicano que buscaba su propia expresión y es un símbolo de la contracultura de los años setenta. Mira cómo fueron los acontecimientos de este importante evento…

El Festival de Avándaro.
El Festival de Avándaro.

Muy conocido como nuestro Woodstock mexicano o el Woodstock Azteca o Rock de Petatiux, el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro, fue más conocido simplemente como Avándaro, y fue una concentración súper masiva.

Fue un festival que se llevó a cabo los días 11 y 12 de septiembre de 1971, en el Estado de México, a orillas del Lago de Valle de Bravo. Este evento reunió a más de 150 mil jóvenes que buscaron manifestarse por medio del rock.

Fue un grito de libertad, con gran significado cultural, ya que todavía se vivía la gran tensión social en México por la matanza de Tlatelolco en 1968 y meses antes, en ese 1971, por los asesinatos del Día de Corpus: ‘El Halconazo’.

La juventud buscaba espacios de expresión y libertad, por lo que Avándaro se convirtió en una válvula de escape y una manifestación de la contracultura, como una forma de protesta por la represión de Díaz Ordaz y Echeverría.

Como los jóvenes no podían ponerse al tú por tú con los granaderos, protestaron en contra de la barbarie del gobierno por medio de la música de rock, a la que tomaron como su bandera, y por miles se lanzaron hasta Avándaro.

EN AVÁNDARO ES LA ONDA

Al gobierno represor no le gustó que se reuniera la juventud.
Al gobierno represor no le gustó que se reuniera la juventud.

Pero no fue el rock de los Teen Tops, los Rebeldes del Rock, los Locos del Ritmo, los Rockin Devils, en fin, lo que se interpretó en el Festival, sino un rock más urbano, más de protesta, que iba acorde con el sentir de los jóvenes.

El Festival contó con la participación de bandas como Three Souls in My Mind, Los Dug Dugs, Jarabe de Palo y muchos más. La música fue el lenguaje que unió a todos y encontraron una forma de rebeldía y de libertad.

Todavía recuerdo los anuncios por televisión, donde decían: ‘Hey, lánzate a Avándaro, ahí es la onda’. Símbolos de peace and love, figuras psicodélicas, hongos y las plantas de los pies de una chica moviendo los dedos aparecieron.

Avándaro no fue un simple concierto. Representó todo un cambio generacional y un desafío al gobierno represor. Su éxito generó temor en las autoridades, que lo consideraron una amenaza para el orden establecido que había qué callar.

De inmediato la prensa, pagada por el echeverrismo, sacó titulares como: ‘Avándaro, la locura’, ‘Orgía de sexo, drogas y rock and roll’, ‘Fue un total degenere’, ‘El evento de la muerte, hubo varios asesinatos’, en fin.

Pero en realidad no hubo nada de eso. Es verdad que algunos grupos fumaron mariguana, pero todos tranquilos, hubo cerveza sin excesos y lo más relevante fue la llamada Encuerada de Avándaro, que solamente enseñó los senos.

No hubo carrera de autos ya que más de 250 mil gentes se reunieron ávidas de escuchar y cantar rock en un ambiente hippie y lo que les molestó al gobierno (que mandaron varios helicópteros) fueron las malas palabras y las mentadas.

EL FESTIVAL DE AVÁNDARO

El Festival de Avándaro.
El Festival de Avándaro.

No hubo orgías, ni sexo, ni degenere, fue una enorme manifestación musical en contra del gobierno represor y que los jóvenes estaban inconformes por lo que había pasado. La sociedad moralista e hipócrita los tildó de ‘satánicos’.

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Usaron de pretexto la canción Mary, Mary, Mariguana para decir que aquello fue un infierno de ‘miles de cigarros de mota encendidos en un ambiente de droga y muerte’. Al final el Concierto de Avándaro tuvo consecuencias.

Echeverría impuso restricción total a la música rock, la que estaba totalmente prohibida tocarla, y para taparle el ojo al macho, permitió que las estaciones tocaran el rock suave e inocente de los primeros años de los sesenta.

Así, solo se escuchaba a Angélica María, César Costa, Alberto Vázquez, los Hitters, los Hermanos Carrión, en fin. Un rock que no causara problemas ni molestara al sistema.

El rock de protesta tuvo qué refugiarse en los Hoyos Fonky clandestinos que eran bodegones pintados de negro por dentro. Durante varios años, fue difícil organizar eventos musicales de gran magnitud en México.

A pesar de las consecuencias, Avándaro dejó un legado imborrable en la cultura mexicana. El festival es un símbolo de la lucha por la libertad de expresión y la búsqueda de la identidad de toda una generación.

Fue un evento que puso a temblar al gobierno, que ya no podía derramar más sangre porque los ojos del mundo estaba puestos sobre ellos, por lo que se dedicó a satanizar el movimiento y los sectores mochos, persignados lo apoyaron.

Pero el legado de Avándaro sigue vigente hasta el día de hoy, aunque el rock todavía no se ha podido levantar…


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