Inflación no cede en EdoMex: familias resienten el alza de precios


Estado de México.- La inflación continúa afectando gravemente al Estado de México, donde, por segundo mes consecutivo, el incremento en los precios supera el promedio nacional.
Esta situación está golpeando directamente el bolsillo de millones de familias, cuyos gastos diarios se ven cada vez más comprometidos ante el encarecimiento de productos esenciales.
Según el más reciente informe del INEGI, durante el mes de marzo la variación mensual del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en la entidad fue de 0.78%, mientras que el promedio a nivel nacional se ubicó en 0.31%.
Esta diferencia refleja una presión inflacionaria sostenida y preocupante en el estado.
Toluca, zona donde más se ha resentido inflación
Particularmente crítica es la situación en la zona metropolitana de Toluca, donde la inflación alcanzó un 0.84%, la cifra más alta registrada en la región en lo que va del año, y considerablemente superior a la media nacional.
Este comportamiento se traduce en una mayor carga financiera para los hogares mexiquenses, especialmente los de ingresos medios y bajos.
Entre los productos que más han influido en el alza general de precios destaca la carne de res, cuyo costo superó los 240 pesos por kilogramo, colocándose como uno de los alimentos más inaccesibles para muchas familias.
A este aumento se suman otros productos clave en la dieta diaria como el limón, el tomate verde y el aguacate, que también presentaron incrementos significativos.
“El encarecimiento de estos productos básicos ejerce una fuerte presión sobre la canasta alimentaria. La carne de res, por ejemplo, ha registrado incrementos de hasta el 30% en algunos puntos de venta, lo que representa una grave amenaza para la seguridad alimentaria de la población”, advirtió un analista financiero consultado sobre el informe del Inegi.
Los especialistas coinciden en que esta escalada de precios no solo deteriora el poder adquisitivo de las familias, sino que también limita su acceso a una alimentación balanceada y nutritiva.
En consecuencia, se observan patrones de consumo más restrictivos y un aumento en la compra de alimentos de menor calidad nutricional, lo cual podría derivar en problemas de salud pública en el mediano plazo.
En este contexto, economistas y organizaciones sociales llaman a implementar medidas urgentes para mitigar el impacto de la inflación, como subsidios focalizados, fortalecimiento de los programas alimentarios y estrategias para mejorar la producción y distribución de alimentos en el estado.