Respirar, no debería ser un riesgo en EdoMéx


Estado de México.- Respirar es lo más básico y esencial para vivir. Sin embargo, en la Zona Metropolitana del Valle de México —incluyendo buena parte del Estado de México— esta acción vital se ha convertido en una amenaza silenciosa para millones de personas.
Los recientes reportes de la Dirección de Monitoreo Atmosférico son un recordatorio alarmante: la calidad del aire en varias zonas del Edomex es mala, con niveles de partículas PM2.5 peligrosamente altos, superando hasta 3.5 veces los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
Este no es un problema nuevo, pero sí uno que ha sido crónicamente subestimado y mal gestionado. Las políticas públicas en torno a la contaminación atmosférica han sido, en muchos casos, reactivas y fragmentadas.
Con paliativos, pero sin soluciones
Aunque existen programas como el “Hoy No Circula” o las Contingencias Ambientales, estos son paliativos temporales, no soluciones estructurales.
Es preocupante que la exposición continua a estos niveles de contaminación tiene consecuencias reales y profundas: enfermedades respiratorias, cardiovasculares, aumento en hospitalizaciones y hasta muertes prematuras.
Siempre los más afectados, como siempre, son los más vulnerables: niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
La ciudadanía sigue sin información clara ni estrategias locales bien articuladas.
La mayoría de los municipios del Estado de México no cuentan con políticas propias para reducir emisiones, fomentar el transporte público no contaminante o limitar las fuentes industriales altamente emisoras.
La calidad del aire es un indicador directo del compromiso con el bienestar de su población.
En este sentido, el Edomex y la Zona Metropolitana están reprobando. Los datos más recientes muestran que incluso zonas habitacionales densamente pobladas, como Cuautitlán Izcalli, registran niveles de contaminación peligrosos, mientras estaciones en municipios clave como Ecatepec están fuera de servicio o sin datos. Una crisis que no se mide con precisión, no se puede resolver.
Es momento de que tanto el gobierno del Estado de México como los gobiernos municipales dejen de mirar hacia otro lado.
Necesitamos un plan integral y urgente que abarque la reducción de fuentes contaminantes, modernización del transporte público, control industrial, más y mejores estaciones de monitoreo, y una participación ciudadana informada y activa.
Porque respirar no debería ser un lujo
Porque cada niño que juega en un parque con el aire contaminado, cada trabajador que se traslada en medio del esmog, y cada adulto mayor que sufre una crisis respiratoria por la polución son víctimas de una negligencia colectiva que ya no podemos permitirnos.
La salud de la población no puede seguir dependiendo de la dirección del viento ni de alertas de último minuto. Es hora de limpiar el aire. Es hora de tomar en serio lo que está en juego.