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Voracidad y devastación por la “plaga, de la mafia inmobiliaria”, en Chicxulub

Voracidad y devastación por la “plaga, de la mafia inmobiliaria”, en Chicxulub

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Denuncian pobladores de las costas de la península yucateca, las consecuencias que cada día se viven y crecen por la plaga inmobiliaria con los monstruosos edificios que se están construyendo en Chicxulub y que afecta también a pescadores ribereños. Afirman que las personas que conocen la costa Norte de la Península desde al menos hace 45 años, recuerdan perfectamente como en el horizonte se observaban todos los días las lanchas de los pescadores quienes no se alejaban más allá para capturar pescado, regresar a vela y venderlo en la playa. No necesitaban ir más lejos. Además, apreciar y sentir las brisas de los manglares. Hoy, eso ya solo es un sueño; porque ahora lo que se ve, son construcciones de edificios, residenciales, que acabaron hasta ver el ocaso del sol y la vida de los pescadores.

Destacan que gran parte de la costa de Yucatán se ha convertido en un desastre y desorden, gracias a la voracidad de los gobernantes amafiados con grupos inmobiliarios, quienes no se miden para autorizar todo lo que se quiera construir y depredar, incluso los humedales y manglares sin importarles nada, y menos aún las actividades propias de los nativos. Señalan que gente y más gente llega día a día, no solo comprando lo que se les ofrezca, incluso hasta muchos robándose tierras y calles que accesan a la playa para hacer negocio o extender sus residencias, casas de lujo y ahora hay hasta locos que amurallan el frente de su propiedad de la playa hacia el mar para que no pase nadie sin importarle que es un delito federal.

Denunciantes También señalan que la gente de la costa ha visto afectada su economía y calidad de vida de manera exponencial, pues cada vez escasea más el agua, los precios de los insumos ya son para turistas, y los precios de las propiedades se han vuelto impagables (incluso para nosotros los yucatecos), por lo que existe una gentrificación, y al no tener alternativa, se ven en la necesidad de rellenar los humedales incluso con basura para hacer los cimientos de sus casas, y de allá le podemos poner “una raya más para el tigre” al problema. En este caso lo entiendo perfectamente y podría justificar de cierta manera que lo hagan pues no les han dejado alternativa, pero de eso, a autorizar desarrollos inmobiliarios de manera despiadada en esas zonas eso ya me parece una mentada de m4adre para nosotros los yucatecos y más aún para los que allá nacieron y viven.

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El problema no es que se opongan los pobladores al desarrollo, sino que se construya y lo que estamos viendo no es desarrollo, es depredación, y esto tarde o temprano va a reventar, pues la gente ya está harta, y ya lo vemos en Sisal, Celestún y Chelem por citar unos ejemplos. Finalmente, esto podríamos equipararlo a una olla de presión, siendo que la incógnita es a ver a quien le va a reventar. Esperemos que las autoridades del gobierno estatal y federal, metan orden pues en caso contrario reviente el desastre de los depredadores que siguen viviendo de la política y el poder. Urgente frenar al monstruo a la plaga destructora, que son las inmobiliarias.


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