José García Sánchez
Otorgar o retirar concesiones otorgan certeza a los inversionistas, porque es señal de que hay rumbo y no libertinaje a la hora de producir. Anteriormente en México, la inversión extranjera prácticamente carecía de requisitos, eran los inversionistas quienes ponían condiciones para llegar a nuestro país.
Triques Por José García Sánchez En estos momentos Enrique Graue, rector de la UNAM, tiene…
Una de las peticiones generalizadas de los mexiquenses que debería ser de las primeras disposiciones de gobierno de la maestra Delfina Gómez, seguramente será cambiar la programación del Canal Mexiquense
Triques Los panistas son tan previsibles como ladrones, aunque no dejan de sorprendernos a pesar…
Buena estrategia la del gobierno de la Ciudad de México al afirmar que sólo un millón 200 mil personas marcharon el 27 de noviembre por sus calles.
A pesar de la agonía del neoliberalismo y de las paupérrimas condiciones en las que vive Europa, encuentran espacios mediáticos en los que insisten en otorgarle a la pertenencia más profunda la moda de la aldea global, superada desde hace muchos años
Quienes consideran que la marcha del 27 de noviembre significó el fin de algo o de alguien, sólo fortalecen la leyenda, que, más allá del culto a la personalidad empieza a tomar forma dos años antes de la conclusión del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Entre las muchas mentiras que los regímenes anteriores destilaron fue decir que un grupo de conservadores, inclinados a la derecha y con intereses bastados podrían ser llamados intelectuales. Una muestra de la gran mentira es Héctor Aguilar Camín.
A la Arena México le caben 22,300 espectadores. Ricardo Monreal no llenó el recinto, a pesar del comedido acarreo que ordenó la señora alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, quien es una fiel escudera de su mentor.
Aun concediéndole la fantasiosa contabilidad de los organizadores a la marcha en defensa del INE, de 200 mil asistentes, la sociedad masoquista que ocupó su tiempo de ocio en la marcha sigue siendo una minoría insignificante, son los mismos de siempre.