Scarlett Johansson se enfada y amenaza con demandar a OpenAI
Nosotros hace unos días hablamos de que la empresa líder en inteligencia artificial, OpenAI, lanzaría su nueva IA la cual “tendría emociones”. Resulta que está tecnología acaba de salir al mundo y ya generó una gran polémica que involucra a una actriz muy famosa. Está IA utilizaba la voz de Scarlett Johansson por lo que ella se enfada y amenaza con demandar a la compañía por usar su imagen sin permiso.
La nueva versión de “Chat-GPT” incluyó una nueva mejora de sistema la cual le permitía responderle a los usuarios usando voz, tal como hace “Alexa” o “Siri”. El problema es que “Sky (la nueva IA)” usó una vez muy conocida la cual está protegida.
Scarlett Johansson se enfada con OpenAI.
La actriz menciona que se enteró de está situación porque amigos y familia le comentaban que hizo muy buen trabajo con “Sky” a lo que ella respondía que no era ella. Posterior a esto llamó a su equipo legal y empezaron a investigar y descubrieron que la voz no era 100% de ella, pero si tenía un parecido extremo, por lo que prosiguió a mandarle cartas y avisos a Sam Altman, CEO de OpenAI.
Lo que realmente enfureció a Johansson es que ella ya les había dicho explícitamente que no tenían permiso para usar su voz. La actriz confesó que la empresa de tecnología la contacto en Septiembre del año pasado para pedirle “su voz” para “Sky” a lo que ella se negó.
La empresa al ver todo lo que estaba ocasionando su nueva IA le pidió disculpas públicas a la actriz e inmediatamente retiraron esa voz. Esto no fue suficiente para calmar a Johansson pues a pesar de esas disculpas ella dice que aún así los demandará por el uso sin permiso de su imagen. De momento no hay nada oficial, pero parece ser que el pleito legal seguirá adelante.
La empresa también recibió un golpe por parte de los usuarios quienes al ver toda la polémica se pusieron del lado de la estrella de Hollywood. Esto hizo que la cantidad de usuarios bajará drásticamente y las redes se llenaron de comentarios atacando a OpenAI. Este caso es solo un recordatorio de que la IA necesita drásticamente regulaciones para evitar este tipo de situaciones.
